La Plata, Ciudad Generosa

La realidad económica y financiera de Gimnasia parece encaminarse a un final tan certero como conveniente: el llamado a Concurso Preventivo (antes llamado convocatoria de acreedores). Esta decisión, que debiera tomar (y no quiere) la Comisión Directiva encabezada por Héctor Delmar, es una medida preventiva de la quiebra. Situación que habría llevado al pedido de licencia del contador Carlos Flores como Tesorero del club.
Cuando una empresa o un club, en este caso, se encuentra en dificultades económicas que le impiden continuar sus negocios regularmente, y puede razonablemente pensarse en que le será decretada la quiebra, tiene una opción para evitarla mediante el concurso preventivo. Básicamente, las ventajas del concurso frente a la quiebra son que en el primero puede seguir sus operaciones administrada (en principio) por el deudor (Gimnasia, representado en sus dirigentes), bajo la vigilancia del síndico y de un comité de acreedores.
Para permitir el desarrollo del club, la ley prevé otras normas facilitadoras: los acreedores no pueden ejecutar los bienes ni tomar medidas que impidan su uso ordinario por la sociedad.
Producto de todos los reclamos judiciales que han recaído en Gimnasia en los últimos tiempos (entre ellos el consabido pedido de quiebra de Hernán Encina, aunque éste fue rechazado por la Justicia), hoy el club está inhibido y embargado. Es decir, todo lo que ingresa en términos económicos a la institución de calle cuatro (sea ordinario o extraordinario) no lo pueden utilizar. Por ejemplo, dinero por nuevos sponsors, derechos de televisión o la venta de un jugador, llegado el caso.

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